jueves, 12 de enero de 2012

Bolero – 2da parte

A partir de 1920 el Bolero tradicional va fusionándose con otros géneros caribeños como el Son, el Danzón, la Guaracha, el Mambo y el Cha-Cha-Cha dando lugar a múltiples variedades como el Bolero Rítmico, el Bolero Cha-Cha-Cha, el Bolero Mambo, la Bachata, el Bolero Ranchero y el Moruno hasta el actual, lo que provocó su enorme éxito en todo el mundo.
El llamado Bolero Rítmico latinoamericano de los años 30 al 50, penetró en el gusto popular de los dominicanos. Estos boleros se mezclaron con otras expresiones latinoamericanas que fueron muy populares en los años 50 en Dominicana (el corrido mejicano, el Hupango, el Bolero Cubano, el Pasillo, el Vals Peruano, entre otros), y fue el cante de autores y cantantes como Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas (de Ecuador); Paquitín Soto, Odilio González (El Jibarito de Lares), el Gallito de Manatí, José Antonio Salamán, Felipe Rodríguez y Daniel Santos (de Puerto Rico); Rolando Laserie, Bienvenido Granda, Orlando Contreras, Celio González, Orlando Vallejo y Antonio Machín (de Cuba); Guty Cárdenas, Luís y Tony Aguilar, y Cuco Sánchez (de México); y Felipe Pirela (de Venezuela) quienes inspiraron a músicos populares como José Manuel Calderón, Tomy Figueroa, Inocencio Cruz, y Rafael Encarnación, para articular una expresión propia de la República Dominicana de los años 1960.
La música de José Manuel Calderón fue popular, no sólo por sus hermosas letras, sino también por su gran fuerza interpretativa y por el sentimiento que transmitía en sus canciones. Calderón acumuló muchos éxitos en su carrera tales como "Serpiente Humana", "Luna", "Sálvame" (una recreación de una canción mexicana), y otros más. En esta época, Rafael Encarnación cautivó a los amantes de este ritmo, pero su carrera fue acortada por su fallecimiento en un accidente de tránsito, que tan sólo duró menos dos años en el medio artístico.
En 1950 el Bolero experimentaba su máximo esplendor de mano de compositores como Agustín Lara. El aislamiento cultural de América Latina en los años cercanos y posteriores a la Primera Guerra Mundial contribuyó a mantener en auge el Bolero, que fue desarrollándose. Pero a partir de la Segunda Guerra Mundial, Latinoamérica deja de estar aislada culturalmente y comienza a integrarse y a recibir influencias del resto del mundo, provocando la decadencia del Bolero y la pérdida de interés comercial hacia éste. Más tarde, muchos intentaron volver a popularizarlo como Danny Rivera hacia 1970, o Luis Miguel, más recientemente, que ha conseguido adaptarlo a los nuevos tiempos.


Horacio Fehling


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