miércoles, 18 de enero de 2012

Cha-Cha-Cha



El Cha-cha-cha es el baile más reciente incorporado en la modalidad de bailes latinos.
Fue creado por el violinista, flautista, compositor y director de orquesta cubano Enrique Jorrín en 1948, fruto de sus experimentaciones con la forma, la melodía y el ritmo del danzón.
Rápidamente se convirtió en un baile popular y de salón y su nombre es la reproducción onomatopéyica de los pasos al bailar, usualmente tres pasos a la derecha y luego uno a la izquierda.
El Cha-Cha-Chá tiene más de cuarenta años de vida. A mediados del siglo XX, el violinista cubano Enrique Jorrín, director de la Orquesta América, dio a conocer La engañadora en 1948, una canción con un nuevo tipo de melodía resultante de sus experimentos con el danzón. A partir de ese entonces, Jorrín compuso otras melodías del mismo estilo.
A principios de los años 50, este baile fue el que se vio primero en las salas de baile de América, siguiendo de cerca al Mambo, del cual deriva el Cha-cha-cha y empezó a ganar cada vez más popularidad.
Esta rápida y amplia difusión se debe, sobre todo, al hecho de ser un baile intermedio, ni muy lento ni muy rápido, lo que lo hace un género fácilmente bailable por todos en contraste, por ejemplo, con el Mambo, donde la música es más rápida y el ritmo más complicado.
Inicialmente, su creador había denominado a este baile con el nombre de “Neodanzón”.
Los danzones eran interpretados tan solo por instrumentos, mientras que Jorrín le introdujo las voces de los músicos cantando a coro para darle más potencia. Este estilo gustó a los que bailaban, que ahora podían improvisar más e inventaron nuevas figuras.
Durante sus primeros años como compositor, Jorrín sólo componía danzones, respetando sus cánones musicales, pero poco a poco fue modificando algunas de sus partes. Estos fragmentos modificados gustaron tanto al público que decidió independizarlos del danzón hasta llegar a lo que él llamó neodanzón. El neodanzón no es otro que el nombre original del Cha-Cha-Chá.
Cuando se inventó el baile que se acoplaba al ritmo de éste, se descubrió que los pies marcaban un sonido peculiar al rozar el suelo en tres tiempos seguidos cha - cha - chá, y de ahí, de ese sonido, nació, por onomatopeya, el nombre con el que todo el mundo conoce este baile.
Este nuevo ritmo se extendió rápidamente por el continente americano, sobre todo en México, donde llegó Jorrín para crear su propia orquesta, hecho que contribuyó a que la Orquesta América también abandonara Cuba dejando paso a nuevas formaciones cubanas que retomaron el chachachá. Su rápida difusión se debió a que es un baile festivo e intermedio, ni muy rápido ni muy lento, por lo que cualquier persona, con pocas nociones de danza, era capaz de bailarlo y disfrutar con él. Éste estilo comenzó a crear sus propios procedimientos gracias al trabajo de compositores cubanos y mexicanos como Ramón Márquez, Richard Egües y Jorge Zamora.
Como baile derivado de la Rumba, el Cha-Cha-Cha tiene muchos elementos de ésta adaptados, eso sí, a la peculiaridad que caracteriza a este baile: Los tres pasos intercalados en dos tiempos que le dan este nombre tan peculiar. Con un ritmo ligeramente superior al de la Rumba, este baile es básicamente una demostración de fuerza y habilidad. Una habilidad que se requiere, sobre todo, en los difíciles movimientos de cadera asociados.
La instrumentación del cha-cha-chá originalmente fue tomada del danzón, que en Cuba se toca con una agrupación musical llamada charanga francesa. Ésta consistía en la percusión, el piano, el Bajo, la flauta y una sección de cuerdas. El auge del cha-cha-chá promovió este tipo de agrupación, que ya estaba perdiendo adeptos. Los grupos más importantes que lo interpretaron fueron la Orquesta Aragón, la Orquesta América, Los cariñosos y la Orquesta de Enrique Jorrín.
En estos momentos la formación tradicional de la charanga es la que predomina entre las orquestas populares cubanas. En Nueva York, Gilberto Valdez forma la primera Charanga de los EE.UU. que serviría de influencia fundamental para las posteriores formaciones; pero en la década de 1970 comenzó a decaer.


Horacio Fehling


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